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El del Duque de Uceda, es uno de los palacios más importantes del Madrid del siglo XVII. Se encuentra en la calle Mayor 79, donde hace esquina con la calle Bailén, y su construcción debió de comenzar hacia el año 1609, tras haber regresado la Corte de Valladolid.
El del Duque de Uceda, es uno de los palacios más importantes del Madrid del siglo XVII. Se encuentra en la calle Mayor 79, donde hace esquina con la calle Bailén, y su construcción debió de comenzar hacia el año 1609, tras haber regresado la Corte de Valladolid.
Fue encargado por Cristóbal Gómez de
Sandoval-Rojas, el primer duque de Uceda, valido de Felipe III e hijo de su
anterior valido, el duque de Lerma. Desde el establecimiento de la Corte en
Madrid, los más destacados miembros de la nobleza española, trataron de
situarse en las inmediaciones del Alcázar, surgiendo así un paisaje palaciego
en la zona, con notables conjuntos como el de Éboli o el de Malpica, ambos
desaparecidos en la actualidad. Además de este palacio, el duque de Uceda,
fundó también un convento adosado, emulando lo que el rey había hecho con La
Encarnación.
Muy probablemente, el diseño de este palacio
se deba a Francisco de Mora (al menos sus primeras trazas), quedando la
dirección de obras a cargo de Alonso Turrillo. Al morir Francisco en 1610 sería
sustituido por Gómez de Mora, su sobrino, quien también heredaría de él los
cargos de arquitecto real y de maestro mayor del Concejo de Madrid. Este
palacio fue un modelo a seguir para las siguientes construcciones palaciegas,
marcando unas pautas muy claras: un rectángulo alargado con ladrillo de fondo
a modo de plano pasivo y granito marcando los elementos activos: portadas,
huecos, cantoneras de esquina, alero y zócalo. Unas torres angulares achapiteladas
cubiertas de pizarra frenarían la potente proyección horizontal (éstas desaparecieron
por un incendio en el siglo XVIII) y contaría también con dos patios
interiores; unos principios que, con lógicas variantes desarrollará Gómez de
Mora en edificaciones posteriores, como en la fachada del Alcázar, la Cárcel de
Corte o el Ayuntamiento. Ésta característica alternancia de ladrillo y piedra
será inherente a la escuela madrileña, llegando hasta Villanueva y sus
discípulos neoclásicos.
Las portadas presentan unas columnas exentas de orden dórico, y al estar situadas a los lados de la fachada, establecen un eje descentrado y asimétrico en correspondencia con los patios interiores. Toda la fachada se encuentra repleta de escudos de la casa de Uceda, y los ventanales de todo el conjunto están coronados con frontones, triangulares en el piso inferior y curvos en el superior, “marcando así una dicotomía estilística muy típica de conceptos manieristas, al tiempo que el fuerte relieve de éstos pone una nota claramente «pintoresca», que volveremos a encontrar en otras obras de Gómez de Mora”. Al rodear el edificio, podremos observar un notable desnivel, el barranco de las Hontanillas, que cae hacia el final del barranco de la calle Segovia, donde se aprecia claramente la diferencia de pisos entre la fachada principal y la trasera.
Las portadas presentan unas columnas exentas de orden dórico, y al estar situadas a los lados de la fachada, establecen un eje descentrado y asimétrico en correspondencia con los patios interiores. Toda la fachada se encuentra repleta de escudos de la casa de Uceda, y los ventanales de todo el conjunto están coronados con frontones, triangulares en el piso inferior y curvos en el superior, “marcando así una dicotomía estilística muy típica de conceptos manieristas, al tiempo que el fuerte relieve de éstos pone una nota claramente «pintoresca», que volveremos a encontrar en otras obras de Gómez de Mora”. Al rodear el edificio, podremos observar un notable desnivel, el barranco de las Hontanillas, que cae hacia el final del barranco de la calle Segovia, donde se aprecia claramente la diferencia de pisos entre la fachada principal y la trasera.
Ya en 1717, Felipe V dispuso por Real Decreto
el traslado a este palacio de todos los consejos, a excepción del de Estado,
que continuó realizándose en el Alcázar. Fue en 1858 cuando el Consejo de
Estado se trasladasó al Palacio de Uceda, habiendo sido suprimidos todos los
demás por las Cortes de Cádiz en 1812 (que consagraron el rango constitucional
del Consejo de Estado). Actualmente, el palacio está repartido en dos
organismos: la Capitanía General al este y el Consejo de Estado al oeste.
BIBLIOGRAFÍA
- Madrid de los Austrias, VV.AA., La librería, Madrid, 1986 pp. 44, 56, 57, 58.
- Madrid Barroco, VV.AA., La librería, Madrid, 1992, pp. 22, 23, 24.
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