El edificio se encuentra en la plaza de la Encarnación, próximo al Real Alcázar de Madrid, ya desaparecido. Hoy en día en su lugar está el Palacio Real.
El convento se levantó entre 1611 y 1616, impulsado por la reina Margarita de Austria, esposa de Felipe III, aunque no verá la obra terminada. El motivo de su construcción fue la ausencia de catedral en Madrid, pudiendo celebrar las ceremonias reales en el nuevo edificio, haciendo las veces de de capilla real. Como curiosidad, existe una galería subterránea que comunicaba el Alcázar con el convento, pudiéndose así los monarcas acceder al edificio con mayor privacidad.
Es la primera iglesia barroca de Madrid, si bien su estilo es muy austero, casi renacentista diría yo. El diseño de la fachada es simple, un rectángulo vertical flanqueado por pilastras con frontón clásico. Esta idea la veremos reproducida en muchas ocasiones. La fachada cuenta dos escudos de la reina Margarita y un relieve de la Anunciación. En la parte inferior se abre un pórtico de tres vanos. El interior, que fue destruido en 1755, es una obra posterior de estilo neoclásico realizado por Ventura Rodríguez.
La verdad es que merece la pena visitar la iglesia (la parte conventual no está abierta al público), algunos días de la semana la entrada es gratuita. Me parece interesante lo poco que llama la atención desde fuera, y el contraste que se aprecia al acceder a su interior, mucho más sugerente a mi parecer.
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